Uno aprende mucho cuando empieza a viajar y a conocer gente. Aprende el valor de la verdadera amistada, aprende lo que es tener lejos a la familia y dar soporte a los que están en la misma situación, aprende a donarse a si mismo y estar abierto a todas las cosas buenas, divertidas y significativas que pueden pasar cuando dejamos de lado (por lo menos parte) de nuestros prejuicios y egoísmos y nos abrimos al nuevo.
Me alegra mucho poder compartir las aventuras de mis amigos “internacionales”… Ahora mismo tengo una amiga de Francia que, juntamente a su novio de Nueva Zelanda, están de viaje haciendo, como llaman ellos, la “vuelta al mundo en un año”. Los he conocido en Irlanda, y ahora acompaño sus viajes por e-mail y por fotos - ¡y qué fotos!
Ellos han ahorrado dinero por algún tiempo, y se han permitido un “año sabático” conociendo los lugares que siempre han querido conocer. Llevan desde octubre cargando la mochila en la espalda, y de momento ya han estado en Nepal y en India. Me entra un misto de alegría (por ellos) y envidia (por mi), porque esta experiencia tiene que ser algo increíble…Yo, mientras mis ahorros no me permitan coger la mochila y partir para un viaje alrededor del mundo, seguiré esperando ansiosa por más e-mails y fotos de estos viajeros y de tantos otros que comparten comigo sus vidas y a los que puedo llamar “amigos”. Total: es muy bueno tener amigos por todo el mundo…

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