La verdad es que no soy una gran fan del fútbol. Para ser más exacta, veo a los partidos en que juega Brasil en los mundiales, y poco más. Si, lo has entendido bien: me puedo tirar casi 4 años sin ver a un partido de fútbol… Reconozco que en este aspecto no soy una Brasileña típica…
En varios puntos, no cumplo para nada el esteriotipo de
Tengo buenos recuerdos de otros Mundiales de fútbol en mi infancia y adolescencia, En mi casa nos vestíamos con ropas verde y amarilla, decorábamos la casa y yo colgaba la bandera desde el muro para hacerla visible desde la calle. En uno de los mundiales en que los partidos de Brasil se emitían a las 6h de la mañana de allí (perdóname, pero mis conocimientos sobre el tema no me permiten recordar el año de este mundial…), quedé en todos los partidos de la “verde y amarilla” con un amigo a las 5h de la mañana, y nos íbamos a la casa de otros amigos para desayunar juntos y celebrar cada gol.
En Brasil se toma muy, pero muy en serio los mundiales. La gente se vuelve loca, llora, grita, lo celebra, sale antes del trabajo, las tiendas se cierran, y todo el país se une, aunque sea por 90 minutos. Yo veo que la conmoción por el fútbol pasa en muchos países, pero en ninguno de ellos de la manera que pasa en Brasil. Incluso yo, con lo poco “futbolera” que soy, me dejo llevar por la emoción estos días…
Veo las fotos de los amigos brasileños que tengo por el mundo colgadas en sus perfiles de Facebook, y casi todos tienen una foto con la bandera, con la camiseta de Brasil, o celebrando alguna fiesta relacionada con el tema. Es una cosa que nos une a todos los brasileños: da igual la parte del mundo en que vivamos, en la época de los mundiales de fútbol, torcemos todos por la “selección canarinha”…
No conozco las reglas del fútbol, apenas sé los nombres de los jugadores y soy incapaz de evaluar si la técnica aplicada en el partido ha sido adecuada o no. Lo único que sé es que “algo” me atrae a ver los partidos de Brasil en los Mundiales, y en estos momentos yo sufro, grito, cruzo los dedos, siento agonía y alegría. Me divierto, lo paso bien y estoy de parte de Brasil en cada partido.
Espero que ganemos este Mundial, y que seamos la única selección hexa campeona del mundo (¡jo, que bonito suena eso!). Estaré vendo de cerca cada partido. Si no ganamos, me pondré triste, lo lamentaré, pero seguiré adelante. Y seguramente no veré ningún otro partido de fútbol… ¡hasta el siguiente mundial!