domingo, 29 de mayo de 2011

Atenas - Grecia

Atenas fue la última parada del crucero. En el centro de la ciudad, sientes que podrías estar en cualquier parte de mundo: hay muchísima gente yendo de un lado a otro, diferentes nacionalidades y varios idiomas a la vez. Hay puestos montados en la calle dónde se vende comida, souvenirs (típicos de Grecia) y regalitos (muchas cosas de China, África e India).


Mi hotel estaba muy cerca del Partenón, y pude ir caminando. El templo está en lo alto de una colina, y puede ser visto desde diversos puntos de la ciudad. Hay que caminar un poco para llegar hasta la cumbre, y el camino es todo de piedras que a veces resbalan, así que calzado cómodo es fundamental.


Además del Partenón, hay mucho que ver en la Acrópolis de Atenas, es decir, en la parte alta de la ciudad: el Teatro de Dionisio, el Erecteión (otro templo griego), la colina de Filopapos y más. 



Si no vas con una excursión, no estaría mal llevar una guía de bolsillo para, además de disfrutar de la vista, sacar buenas fotos y aprender un poco de la historia de todas aquellas ruinas.  La vista desde arriba es genial, porque puedes ver toda la ciudad.


Como en todos los lugares en Grecia en los cuales he estado, había muchísimos turistas en todos los lados, y sacar una foto en que no saliera algún desconocido cerca de mí se convertía en toda una aventura… Hacía bastante calor, y todos los bares y restaurantes con terraza estaban llenos. 


Para comer, pedí ensalada griega (tenía que probar la ensalada griega "hecha en Grecia", pero la verdad es que sabe igual a todas las demás “ensaladas griegas” que he comido antes…), salsa griega hecha con yogurt y pepino, y una brocheta de pollo con pan típico, todo eso acompañado de una cerveza local.


No he pasado mucho tiempo en Atenas – de hecho, me quedé desde la hora de comer de un día hasta la mañana del siguiente – pero para el poco tiempo que he estado considero que lo disfruté bastante bien. No me importaría volver con más tiempo, y conocer más detalles de esta ciudad tan antigua, tan llena de historia. Me lo apunto para un próximo viaje…




viernes, 27 de mayo de 2011

Santorini - Grecia

Otro de los sítios que he conocido haciendo el crucero fue Santorini, en Grecia. La isla tiene el mismo estilo de casas que en Mykonos, pero las de allí están construidas en las partes más altas. Desde el barco, se ve una línea blanca sobre la roca, y cuando te acercas un poco más te das cuenta de que son las casas.


 Como Santorini es una zona volcánica, el barco debe bajar el ancla despacito para evitar los volcanes. Nuestro navío tuvo que atracar en alta mar, y cogimos una lancha pequeña para acercarnos a la isla. 



La propia isla de Santorini está sobre un volcán activo, que con mucha frecuencia se despierta. La guía de la excursión nos comentaba que todo allí es muy seguro, y que hay mucha gente en la isla que se dedica a estudiar los movimientos sísmicos y avisar con antelación en caso de que vaya pasar algo gordo. Pero luego la misma guía nos comentó que creía que en la noche anterior había sentido un ligero temblor de tierra mientras dormía…


Se pueden sacar unas fotos muy buenas desde la parte alta donde están la mayoría de las casas. Las paredes blancas, tejados y ventanas azules, además de las cúpulas redondas azules son visibles desde casi cualquier punto de la isla. 



Al igual que en Mykonos, no faltan tiendas de souvenirs, bares y restaurantes por todos los lados.


Como la zona del centro es muy alta, fuimos en autobús visitando los lugares, y terminamos arriba del todo, cerca de las casas. Para bajar, había 2 opciones: alquilar un burro (he visto algunos de ellos subir y bajar por las estrechas calles con gente montada encima) o coger un teleférico que conecta la parte alta y la parte baja de la isla. 


A mí no me gustan especialmente las alturas, pero en situaciones como esta, no las puedo evitar. En fin, bajamos bastante rápido, y tengo que admitir que las vistas eran muy bonitas: de un lado el mar, y del otro las casitas de colores en lo alto de la roca… ¡Ha merecido la pena la visita!

jueves, 26 de mayo de 2011

Mykonos - Grecia

Mi trabajo esta vez me ha llevado a viajar a diferentes sitios, todos ellos nuevos para mí. Primero me ha tocado ir en crucero por las islas griegas, Venecia y Dubrovnick, para, a continuación, un viaje a Asia. Os lo voy contando en diferentes posts…


Una de las primeras paradas del barco fue Mykonos. Esta isla griega es conocida como la “Isla Gay”, y en temporada alta (mayo a octubre) la isla se llena de gente y se celebran muchas fiestas (vida nocturna intensa). A las 10 de la mañana la mayoría de los bares todavía no estaban abiertos, porque la isla funciona a toda potencia por la noche, no por la mañana. El barco atracó nos dejó en el puerto, que estaba muy cerca del centro  en autobús.


Hay tiendas de regalos, souvenirs y cosas para turistas en prácticamente cada esquina. Con la crisis económica en Europa y especialmente en Grecia, seguro que muchos de los ingresos vienen del turismo, y siempre hay turistas llenando las tiendas de souvenirs – comprar o no, es otro tema, pero por lo menos miran.


La isla tiene varias playas, pero en la fecha en que estuve allí (abril),  al no ser todavía temporada alta, hacía sol pero muchísimo viento. De hecho, los locales no recomendaban acercarse a la playa. Realmente, hacía muchísimo viento. Imagino que las playas son bonitas, ya que son bastante conocidas y destino de mucha gente en verano – marcha y fiesta por la noche, y playa durante el día.


Pasear por las calles de Mykonos con una cámara fotográfica es toda una experiencia. Las calles son en su mayoría estrechas, y las casas y construcciones hechas de piedra y pintadas de blanco. Las puertas y ventanas casi siempre son azules, como en la película “Mamma mía” (aunque fue rodada en estudio, se simulaban diversas localizaciones de Grecia).


También hay una zona con molinos de viento (que no falta allí) y varios bares muy cerca del mar – incluso es muy posible que te salpique agua de alguna que otra ola del mar. El olor a gambas a la plancha en los bares era muy rico. La isla es bonita, no demasiado grande, pero tiene su encanto. Tendré que volver algún día en verano, para experimentar la marcha de allí, y también bañarme en sus playas...