domingo, 3 de julio de 2011

Bali - Indonesia (continuación...)

(Continuación...)


Por las calles de Bali hay muchísimas tiendas de ropas, souvenirs y tiendas de “original fake”. En Bali se pueden comprar relojes, deportivas, DVDs que son copias muy parecidas a los originales, y que funcionan de verdad, por un precio bastante más asequible. No es como en España que la gente vende esas cosas de manera ilegal por las calles y huyendo de la policía: en Bali, estos artículos están expuestos en tiendas, su venta es legal (puedes comprar incluso con tarjeta de crédito), puedes regatear al precio y elegir sin problemas, porque hay muchísimas tiendas de este estilo. Según me han comentado, estos artículos tienen la misma calidad que los originales porque son fabricados en las mismas fabricas, pero son “desviados” de la venta oficial, y son llevados a estas tiendas balinesas.


Hay muchísima artesanía hecha en madera, piedra y yeso, de todos los tamaños, colores, y para todos los gustos. ¡Bali es el sitio perfecto para comprar adornos para la casa! Incluso yo que no siempre me fijo en estas cosas no me he resistido y he comprado algunas cositas para mi casa… 


La decoración en general se les da genial: en cualquier baño que vayas, encontrarás la tapa del water o la encimera decorada con flores naturales, lo que les da un aspecto increíble – tengo que admitir que nunca he sacado tantas fotos de toilets como en Bali…


Hay restaurantes en los cuales puedes sentarte en el suelo sobre una almohada, y estar rodeado de verde, peces nadando en pequeños lagos, o con vistas a los campos de cultivo de arroz – era difícil no tener ganas de echar una siesta…


Hablando de arroz, al igual que en toda Asia, el arroz blanco se come todos los días, en el desayuno, comida y cena. La comida no es picante, se come mucho marisco y pescado (tú eliges en el acuario cuál quieres comer, lo matan y lo preparan en el momento), y las únicas frutas que encontré en abundancia allí son la sandia roja y la amarilla (esta última, la he conocido allí, y el sabor es algo entre sandia y melón).


Kurta tiene mucha marcha por las noches, y es el destino favorito de los Australianos – les pilla cerca, es barato por el cambio de moneda, hace calor y hay diversión.


De camino a la zona de Ubud (mas lejos de la playa), hay villas en las cuales los nativos reciben oro y plata que vienen de otras islas de Indonesia, y allí mismo confeccionan las joyas. Hay cosas muy bonitas, bien hechas y de calidad (estuve solamente en la villa de las platas, pero me imagino que en la del oro será del mismo estilo).


En Ubud está el Bosque de los Monos Salvajes, un tipo de parque natural inmenso y lleno de monos. Se pueden comprar plátanos en la entrada para darles de comer, aunque, al ser salvajes, a veces atacan y te intentan quitar el bolso. Era muy gracioso verlos jugar en el agua, correr de un lado a otro, comer los plátanos, dejar las cáscaras por el suelo, y subir en árboles. He hecho varios videos con la camara, me he reído mucho, y  lo pasé muy bien.


No me ha dado tiempo de montar en elefante, ni asistir a un show de baile típico completo (de estos que vas a cenar y asistes al show a la vez), ni bañarme en la playa… pero bueno, así tengo varios motivos para volver a Bali. Y, de verdad, no me importaría para nada…


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