Ahí entran en cena las postales…
No sé exactamente cómo ni en que viaje, pero una vez tuve la idea (no muy original, ya lo sé) de enviar una postal desde un sitio en que estaba viajando a mi familia. Y la verdad es que el resultado ha sido muy bueno: ellos se quedaran muy contentos e ilusionados. Desde entonces, intento enviar una postal a algunas personas especiales desde cada sitio que voy.
Enviar una postal es algo barato (tienes que invertir en el coste de la postal y del sello) y que no toma mucho tiempo (tardarás el tiempo suficiente para escribirlo y encontrar un buzón de correos para echarlo). Pero a la vez, es un detalle bonito y muy personal (fue escrito y pensado especialmente para su destinatario). Así que tengo la intención de seguir viajando por el mundo, y enviando postales desde distintos sitios…

Casi siempre, además de enviar, compro y colecciono algunas postales. Hay ángulos y perspectivas que ninguna foto consigue retratar mejor que una postal. Pero lo que yo colecciono de verdad son pins. Tengo una chaqueta vaquera llena de ellos…

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