Ayer quedé para tomar algo con una amiga muy especial que nació en Madrid, pero la he conocido en Irlanda. Es especial porque, además de nos llevarnos bastante bien, ella vive hoy una situación por la cual he pasado hace poco: tener dudas importantes sobre el rumbo que dar a su vida.
Creo que todos, en algún momento de la vida, se han cuestionado sobre las decisiones que han tomado, las relaciones dejadas para tras, los cambios significativos y sus implicaciones. No quiero ser demasiado filosófica: lo que digo es que mi amiga tiene dudas hoy, así como yo he tenido hace poco, y como, muy probablemente, volveré a tener dentro de nada.Siempre que vuelvo a mi país de origen me surgen las dudas: veo a mis familiares, a los amigos que siguen allí y que han construido sus vidas, y se me hace imposible no hacer comparaciones y cuestionarme a mi misma. Veo los cambios por los cuales han pasado mi antigua calle y barrio, y me pregunto si yo todavía quepo allí, o si todo aquello se quedó pequeño… Cuando uno se cambia de país, “se entrena” en otros ambientes, hace nuevas amistades y amplia su abanico de referencias, las dudas se hacen más grandes…
Yo comentaba a mi amiga que somos parte de un porcentual muy pequeño de la sociedad mundial que podemos eligir. Elegimos en que país vivir, en que idioma comunicarnos, con que amigos salir y otras pequeñas-grandes elecciones que hacemos a cada instante, pero que no nos damos cuenta de lo importante que son. Si, eligir puede ser muy complicado, especialmente si tenemos muchas (y buenas) opciones. Pero peor que eligir es no tener la oportunidad de hacerlo.
Estoy contenta con las elecciones que he hecho de momento para mi vida. Quizás dentro de algún tiempo me entren ganas de cambiar algo: quizás de país, quizás de ropa. Pero siempre hay tiempo de reflexionar, escuchar al corazón, y seguir un nuevo camino.
Hay que arriesgarse para ser feliz, y eso es para pocos…
miércoles, 21 de enero de 2009
martes, 20 de enero de 2009
2 días y medio en Milán
Felizmente, el tiempo ha colaborado con nuestro viaje a Milán, y la nieve que cayó en Madrid solamente 3 días antes no ha dado más “señales de vida”. Así que salimos en nuestro vuelo poco después de las 6 de la mañana, y aterrizamos en Bergamo sobre las 8h30min. Desayunamos algo ligero y cogimos un autobús rumbo a Milán (tardaríamos 1h, pero hubo atasco, y tuvimos que añadir 30min más).
Se veía la nieve por las calles y tejados de las casas, pero ya no nevaba. Dejamos las cosas en el hotel – que estaba muy bien situado a cerca de 10 min caminando del centro – y salimos para un primer acercamiento a la ciudad.El inicio del paseo no podría ser otro que no el Duomo, la famosa catedral gótica de Milán y la una de las más grandes del mundo. En la Plaza del Duomo, dónde está situada, compartimos sitio con miles de palomas, turistas como nosotros sacando fotos y vendedores ambulantes de pulseras – no sé quines me molestaban más: si las palomas volando muy cerca de my cabeza y los pesados que intentaban venderme pulseritas feas…El siguiente destino fue un paseo por la Galería Vittorio Emanuele, una especie de centro comercial pijo, con tiendas caras y techo bonito. La verdad es que la galería impresiona por su aspecto imponente, aunque ni de broma me plantee comprar nada allí, por lo caro que me saldría.Milán es una ciudad cara: se nota por el nivel de las tiendas, hasta los detalles más pequeños (un imán de nevera cuesta unos 4€ - en Madrid se puede encontrar varios por casi la mitad). Nos ha costado un poco comer bien allí: con la ilusión de que “los restaurantes italianos en Milán van a ser todos buenos”, nos metimos a comer en un sitio para guiris, que al final ha salido la comida más cara y la peor (la pizza sabia menos que aquellas compradas en el super…). Menos mal que, en la última noche, cenamos en un sitio estupendo que estaba justo al lado del hotel (la moraleja: no pierdas tiempo buscando muy lejos, porque puede haber algo muy bueno a tu lado…).
Además del Duomo y de la Galería Vittorio, hay poco más que visitar en Milán. La ciudad no es especialmente bonita, y tiene fama incluso de ser la más fea de Italia – ahora que ya he estado allí puedo decir lo mismo con más propiedad… Resta la visita al Castillo, que es bastante bonito, con su fuente delante y recintos guays para sacar bonitas fotos. No nos animamos a pagar la entrada para visitar el museo: la nieve que había por el suelo del parque, sumada a la música estilo Brasileño (algo como percusión) que sonaba en un chiringuito detrás del Castillo nos atrajo más la atención.Nos lo pasamos bien, pero Milán es una ciudad para conocer en poco más de 1 día. Ya he estado en sitios más bonitos, pero hay que conocer de todo para poder distinguir entre la bonito y lo feo, lo estupendo y lo normal, lo que merece la pena volver y lo que, con una visita, ya te basta. A lo mejor Milán se queda en la segunda categoría…
Se veía la nieve por las calles y tejados de las casas, pero ya no nevaba. Dejamos las cosas en el hotel – que estaba muy bien situado a cerca de 10 min caminando del centro – y salimos para un primer acercamiento a la ciudad.El inicio del paseo no podría ser otro que no el Duomo, la famosa catedral gótica de Milán y la una de las más grandes del mundo. En la Plaza del Duomo, dónde está situada, compartimos sitio con miles de palomas, turistas como nosotros sacando fotos y vendedores ambulantes de pulseras – no sé quines me molestaban más: si las palomas volando muy cerca de my cabeza y los pesados que intentaban venderme pulseritas feas…El siguiente destino fue un paseo por la Galería Vittorio Emanuele, una especie de centro comercial pijo, con tiendas caras y techo bonito. La verdad es que la galería impresiona por su aspecto imponente, aunque ni de broma me plantee comprar nada allí, por lo caro que me saldría.Milán es una ciudad cara: se nota por el nivel de las tiendas, hasta los detalles más pequeños (un imán de nevera cuesta unos 4€ - en Madrid se puede encontrar varios por casi la mitad). Nos ha costado un poco comer bien allí: con la ilusión de que “los restaurantes italianos en Milán van a ser todos buenos”, nos metimos a comer en un sitio para guiris, que al final ha salido la comida más cara y la peor (la pizza sabia menos que aquellas compradas en el super…). Menos mal que, en la última noche, cenamos en un sitio estupendo que estaba justo al lado del hotel (la moraleja: no pierdas tiempo buscando muy lejos, porque puede haber algo muy bueno a tu lado…).
Además del Duomo y de la Galería Vittorio, hay poco más que visitar en Milán. La ciudad no es especialmente bonita, y tiene fama incluso de ser la más fea de Italia – ahora que ya he estado allí puedo decir lo mismo con más propiedad… Resta la visita al Castillo, que es bastante bonito, con su fuente delante y recintos guays para sacar bonitas fotos. No nos animamos a pagar la entrada para visitar el museo: la nieve que había por el suelo del parque, sumada a la música estilo Brasileño (algo como percusión) que sonaba en un chiringuito detrás del Castillo nos atrajo más la atención.Nos lo pasamos bien, pero Milán es una ciudad para conocer en poco más de 1 día. Ya he estado en sitios más bonitos, pero hay que conocer de todo para poder distinguir entre la bonito y lo feo, lo estupendo y lo normal, lo que merece la pena volver y lo que, con una visita, ya te basta. A lo mejor Milán se queda en la segunda categoría…
domingo, 11 de enero de 2009
Nieve y Milán
El viernes pasado, 09-01-2009, los que vivimos en Madrid nos sorprendemos con la cantidad de nieve que cayó sobre la ciudad.
Desde dentro de mi oficina, que tiene muchos cristales, me quedé mirando como caían los flecos de nieve, y como el suelo y los árboles se iban cambiando en blanco. El paisaje era muy bonito, y lo que más se veía era gente sacando fotos con los móviles o las cámaras – yo incluso, claro…
El problema fue el caos que se ha generado en la ciudad: carreteras cortadas, retraso en los trenes, clases canceladas, gente retrasada o que se ha resbalado por las calles… Además, tenemos que coger un vuelo a Milán el lunes a las 6 de la mañana, y considerando que el Aeropuerto de Barajas ha cancelado la mayor parte de sus vuelos el viernes y el sábado por la nieve y mal tiempo, me puse muy pendiente del cielo y preocupada con la posibilidad de no despliegue de mi vuelo…
Hoy, domingo, ha hecho sol. A pesar del frío, ya no nieva. Hay mucho hielo por los suelos y en el topo de los árboles, especialmente dónde no da el sol, pero espero sinceramente que al madrugar mañana rumbo al aeropuerto no seamos sorprendidos con el mostrados de los vuelos avisando que las salidas están retrasadas…
Este viaje a Milán fue un cholo: una amiga del trabajo me comentó que una compañía de bajo coste tenía billetes muy baratos para viajes entre semana, y me animé a mirarlos. Sinceramente, fue sin muchas expectativas, pero me quedé sorprendida con lo que encontré… Total: ¡dos vuelos ida y vuelta a Milán nos han salido a 55€! Por 27,5€ cualquier viaje se torna más interesante… Vale, el vuelo sale muy pronto, y no podemos facturar equipaje, pero para 3 días que nos va durar el viaje no pasa nada.
Así que ahora me toca hacer la mini-maleta, y acostarme pronto. Os contaré dentro de poco cómo nos ha ido el viaje. See you…
Desde dentro de mi oficina, que tiene muchos cristales, me quedé mirando como caían los flecos de nieve, y como el suelo y los árboles se iban cambiando en blanco. El paisaje era muy bonito, y lo que más se veía era gente sacando fotos con los móviles o las cámaras – yo incluso, claro…
El problema fue el caos que se ha generado en la ciudad: carreteras cortadas, retraso en los trenes, clases canceladas, gente retrasada o que se ha resbalado por las calles… Además, tenemos que coger un vuelo a Milán el lunes a las 6 de la mañana, y considerando que el Aeropuerto de Barajas ha cancelado la mayor parte de sus vuelos el viernes y el sábado por la nieve y mal tiempo, me puse muy pendiente del cielo y preocupada con la posibilidad de no despliegue de mi vuelo…
Hoy, domingo, ha hecho sol. A pesar del frío, ya no nieva. Hay mucho hielo por los suelos y en el topo de los árboles, especialmente dónde no da el sol, pero espero sinceramente que al madrugar mañana rumbo al aeropuerto no seamos sorprendidos con el mostrados de los vuelos avisando que las salidas están retrasadas…
Este viaje a Milán fue un cholo: una amiga del trabajo me comentó que una compañía de bajo coste tenía billetes muy baratos para viajes entre semana, y me animé a mirarlos. Sinceramente, fue sin muchas expectativas, pero me quedé sorprendida con lo que encontré… Total: ¡dos vuelos ida y vuelta a Milán nos han salido a 55€! Por 27,5€ cualquier viaje se torna más interesante… Vale, el vuelo sale muy pronto, y no podemos facturar equipaje, pero para 3 días que nos va durar el viaje no pasa nada.
Así que ahora me toca hacer la mini-maleta, y acostarme pronto. Os contaré dentro de poco cómo nos ha ido el viaje. See you…
miércoles, 7 de enero de 2009
¡Feliz año nuevo!
Hoy, 7 de enero, es el primer día “oficial” del año 2009 en España.
Bromas a parte, hoy es el día que la mayoría de la gente vuelva de las vacaciones que se han cogido desde Navidad, después de desfrutar también las fiestas de la Noche Vieja y los regalos de los Reyes Magos. Y eso lo he notado en el trafico (bastante más caótico que en los días anteriores) al volver del trabajo…
En Brasil, el primer día “oficial” del año no llega hasta después del Carnaval. Considerando que estas fiestas a veces son en marzo, ya vez como son las cosas…
El nuevo año se celebra de manera distinta en cada sitio. Muy pocos españoles cambian de año sin comer langostinos y otros mariscos, tomar las 12 uvas mirando las 12 campanadas del reloj de la Puerta del Sol de Madrid, vestirse con algo rojo, poner anillos de oro en el vaso de champagne o colocar un dinerillo en el zapato. En Brasil, todos se empeñan en vestirse de blanco, abrir botellas de champagne, asistir al espectáculo de fuegos artificiales si posible en la playa (o en la tele) y a saltar las 7 olas en el mar. Ah, sin olvidar que las chicas eligen el color de las bragas que utilizaran esta noche de acuerdo con lo que quieren que el año que vendrá (rosa = amor, amarillo = dinero, blanco = paz). Las mas listas amarran 3 cintas en las bragas, con los 3 colores estos, así no tienen que eligir…
El tema de los regalos también es curioso.
En Brasil, es Papá Noel quien trae los regalos a los niños en 25 de diciembre, dejándolos debajo del árbol de Navidad, y es a el a quien los niños escriben sus cartitas. El 6 de enero en Brasil es un día normal y corriente como otro cualquiera.
En España, las cartitas son enviadas a los Reyes Magos, que se encargan de traer los regalos gordos a los niños que se han portado bien. Allí el panetone en las Navidades, aquí el roscón de reyes el 6 de enero…
Total: hay un nuevo año esperando para ser vivido. Y que lo aprovechemos de la mejor manera posible.
¿Todavía hay tiempo de desear un FELIZ AÑO NUEVO?
Bromas a parte, hoy es el día que la mayoría de la gente vuelva de las vacaciones que se han cogido desde Navidad, después de desfrutar también las fiestas de la Noche Vieja y los regalos de los Reyes Magos. Y eso lo he notado en el trafico (bastante más caótico que en los días anteriores) al volver del trabajo…
En Brasil, el primer día “oficial” del año no llega hasta después del Carnaval. Considerando que estas fiestas a veces son en marzo, ya vez como son las cosas…
El nuevo año se celebra de manera distinta en cada sitio. Muy pocos españoles cambian de año sin comer langostinos y otros mariscos, tomar las 12 uvas mirando las 12 campanadas del reloj de la Puerta del Sol de Madrid, vestirse con algo rojo, poner anillos de oro en el vaso de champagne o colocar un dinerillo en el zapato. En Brasil, todos se empeñan en vestirse de blanco, abrir botellas de champagne, asistir al espectáculo de fuegos artificiales si posible en la playa (o en la tele) y a saltar las 7 olas en el mar. Ah, sin olvidar que las chicas eligen el color de las bragas que utilizaran esta noche de acuerdo con lo que quieren que el año que vendrá (rosa = amor, amarillo = dinero, blanco = paz). Las mas listas amarran 3 cintas en las bragas, con los 3 colores estos, así no tienen que eligir…
El tema de los regalos también es curioso.
En Brasil, es Papá Noel quien trae los regalos a los niños en 25 de diciembre, dejándolos debajo del árbol de Navidad, y es a el a quien los niños escriben sus cartitas. El 6 de enero en Brasil es un día normal y corriente como otro cualquiera.
En España, las cartitas son enviadas a los Reyes Magos, que se encargan de traer los regalos gordos a los niños que se han portado bien. Allí el panetone en las Navidades, aquí el roscón de reyes el 6 de enero…
Total: hay un nuevo año esperando para ser vivido. Y que lo aprovechemos de la mejor manera posible.
¿Todavía hay tiempo de desear un FELIZ AÑO NUEVO?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)